Divina esperanza.

Cuando te enseñan a sentir lo que cantas, sonríes.
Cuando estás en las últimas y recuerdas la letra de esa canción, sonríes.
Cuando no tienes ganas de nada, y con tus últimas fuerzas clicas en aquel vídeo de tu ídolo cantando, sonríes.
Cuando no te da vergüenza vestir de esa manera rara, quiero decir: especial, sonríes.
Cuando todo el mundo te mira mal, y te miras al espejo tu misma con orgullo, sonríes.
Cuando sabes que todo puede salir bien, si empiezas a cantar, sonríes.
Cuando estás orgullosa de ser distinta, de ser especial y tus gustos definen tu personalidad, sonríes.
Cuando cometes errores y éstos te hacen más fuerte, sonríes.
Cuando la crítica hacia ti, te hacen importante, sonríes.
Cuando al final de todo recuerdas que cerca de éste es donde todo empieza, sonríes.
Cuando la envidia de otros te hacen grande, sonríes.
Cuando cada noche, en un colchón y un cinco estrellas dormirás, sonríes.
Cuando no sientes envidia porque lo demás suenen en los cuarenta, sonríes
Cuando en cualquier momento tienes ganas de cantar esas palabras que un día fueron hechos, sonríes.
Cuando vas a salir por ahí, porque ya se ha ido el sol, sonríes.
Cuando te juegas la vida, haber si tienes suerte, sonríes.
Cuando esperas a llegar al final del callejón, y la suerte está a tu favor, sonríes.
Cuando al final del chaparrón te sacas ese papel del bolsillo que ponía "Nada se ha perdido, aún me queda un sueño, sé que llegaré al final", sonríes.
Cuando vienes del infierno y ya no sientes miedo porque nada te puede asustar, sonríes.
Cuando no entiendes las razones y te queman las palabras, sonríes.
Cuando aprendes a sonreír aunque quieras llorar, sonríes
Cuando para ti es necesario el Rock&Roll, sonríes.
Y cuando te paras a pensar, sonríes y dices, SERÉ ROCKERA.