Se decía por ahí que todo lo que empezaba llegaba a su fin, a día de hoy, puedo verificar que es totalmente cierto, hay un tiempo y un espacio que marcan el fin de cada sentimiento, de cada momento, de cada recuerdo, de cada persona... El fin llega, es lento y pegajoso, en ocasiones doloroso, pero es real, y hay que admitirlo tal y como es, hay que tragarlo aunque aún no esté masticado, hay que beberlo aunque no esté echado en el vaso... El fin es amargo, te deja un sabor agrio, que con el tiempo va desapareciendo.
La verdad es que no importa como llegue el fin, importa más que llegue, arrasa con lo que tengas, bueno, que ya no tienes...
El fin desafía la eternidad, impone lo finito, no hace falta que lo busques, ten por seguro que llegará por sí mismo.
Nuestro fin.
Sí, se puede decir que fue bonito mientras duró.
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